Comenzar a Sanar en la Crisis: Punto de Inicio

Durante estos días de crisis hemos escuchado constantemente el reto de irnos hacia adentro, de profundizar en nuestras emociones y dolores, un llamado a sanar y avanzar.

La urgencia de resolver en nuestro interior aspectos que evidencia la crisis, los cuales al intensificarlos permite hacer procesos curativos profundos, permitiendo desprendernos de las estructuras que nos oprimen y nos alejan de nuestro auténtico y luminoso Ser.

Sin embargo en medio de la crisis parece un imposible siquiera mirarnos, el ritmo del ahora nos envuelve y llegamos a sentir que nos perdemos y que desperdiciamos esta gran oportunidad evolutiva. (Como si necesitáramos más factores de ansiedad y frustración.)

En este contexto es que hemos de reconocer nuestra propia realidad, con su dualidad, con la tensión que en ocasiones sentimos entre los caminos del espíritu y aquello que debemos responder al estar encarnados e insertos en una sociedad.

Siendo conscientes de esta dualidad, es que debemos trazar una ruta intermedia, dónde armonicemos la invitación de irnos a lo profundo y sanar, con aquella que nos hace el ritmo de la vida y sus necesidades.

Comenzando por entender que hemos encarnado en un momento particular, con todos los detalles y pormenores del contexto en que nos encontramos para evolucionar desde ahí. Es decir, el punto de la vida en el que estamos, con todos sus componentes, son los aspectos con los que tenemos que lidiar para aprender, sanar, trascender. Es lo que nuestra alma necesita.

De manera que los mismos conflictos con los que siento que al lidiar me alejan de mi centro y del proceso que debería poder hacer, es en realidad la llave para abrir ese camino interno con todo su potencial. Para ello hemos de mirar la energía que sostiene tales dilemas, no el conflicto en sí, sino el mensaje que hay detrás de ello.

Preguntarnos quién somos nosotros para estar viviendo esto, qué es lo que me está mostrando y cuánto de ello hay en mi. Pues, como es adentro es afuera, nada que se presente en nuestra realidad está alejado de nosotros mismos.

Esa es la llave. Combatimos con el día a día muchas veces porque no comprendemos que en ese cotidiano están las claves por las cuales yo voy a trascender.

Así, hemos de abrir nuestra forma de mirar nuestra realidad como nos toca en lo individual, lejos de formulas colectivas de elevación espiritual, porque todo lo que estamos viviendo es precisamente lo que tenemos que contactar para ir a lo profundo.

Son nuestras propias aguas, enmarcadas en nuestro territorio.


María Lucía Lecaros Easton
Vkelm

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